Introducción
Cuando contratas personal, esperas que todo funcione sin problemas y que la empresa crezca con la contribución de los empleados. Sin embargo, en ocasiones, surgen desafíos y despidos se convierten en una realidad inevitable. En este artículo, exploraremos el crucial aspecto del preaviso en el despido, comprendiendo cuándo es obligatorio y cómo gestionarlo adecuadamente.
Tras el despido deja de existir la relación laboral y la acción de despedir puede tener consecuencias.
Despido: Un vistazo general
El despido es la decisión del empresario de poner fin a la relación laboral con un empleado. Este acto puede tener diversas consecuencias tanto para el empleador como para el empleado, dependiendo del tipo de despido.
Se regula en los artículos 52 y 53 del Estatuto de los Trabajadores.
Tipos de despido
Existen tres tipos principales de despidos, cada uno con sus propias características y procedimientos únicos.
Despido objetivo
Este despido se origina en causas económicas, técnicas, organizativas o de producción justificadas por la empresa. Detallaremos las causas imputables a la empresa y al trabajador, así como las características específicas de este despido.
- Imputables a la empresa. En concreto:
- Causas económicas. Si la empresa tiene pérdidas actuales o futuras y también si se produce un descenso de ingresos o ventas durante dos trimestres consecutivos.
- Causas técnicas. Cuando se produzcan cambios en los medios de producción.
- Causas organizativas. Si se hacen cambios en los sistemas y métodos de trabajo del personal o en la forma de organizar la producción.
- Causas de producción. Cuando se lleven a cabo modificaciones en la demanda de los productos o servicios que la empresa vende en el mercado.
- Imputables al trabajador, aunque no sea su culpa. Éstas son:
- Ineptitud conocida o sobrevenida. Es la ausencia de las condiciones físicas, psíquicas o legales que se necesitan para desarrollar el trabajo correctamente.
- Falta de adaptación a los cambios técnicos y del trabajador. Si han transcurrido dos meses desde que la empresa haya introducido cambios y, a pesar del tiempo y la formación, el trabajador no se adapta.
- Por faltas de asistencia al trabajo que aún siendo justificadas son intermitentes. Se considerará cuando alcancen el 20% de las jornadas laborales en dos meses consecutivos o el 25% en cuatro meses discontinuos.
Despido disciplinario
El despido disciplinario ocurre como consecuencia del comportamiento grave y culpable del trabajador. Exploraremos las diversas causas que pueden provocar este tipo de despido y sus características particulares.
Es el único que se produce como consecuencia del comportamiento grave y culpable del trabajador.
Se regula en el artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores, aunque hay que revisar el convenio colectivo aplicable, y las causas que lo originan son:
- Faltas de asistencia o de puntualidad repetidas e injustificadas. Hay que acudir al convenio colectivo y son exigibles, al menos, tres faltas de asistencia.
- Indisciplina o desobediencia del trabajador a las órdenes del empresario.
- Transgresión de la buena fe contractual y abuso de confianza en la realización del trabajo.
- Ofensas físicas o verbales al empresario o a los compañeros de trabajo.
- Disminución continuada y voluntaria de la productividad y el rendimiento pactados.
- Embriaguez o toxicomanía, siempre que influyan de forma negativa en el desempeño laboral o supongan riesgo.
- Acoso laboral por razón de raza, etnia, religión, convicciones, edad, orientación sexual, género o discapacidad al empresario o a los compañeros de trabajo.
Despido colectivo
Cuando se despide a un número específico de trabajadores por causas objetivas, surge el despido colectivo. Este tipo de despido tiene requisitos particulares y un proceso definido que se discutirá detalladamente.
- En un periodo de tiempo de 90 días, por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción, la extinción de la relación laboral afecta como mínimo a:
- Diez trabajadores en empresas de menos de cien trabajadores.
- El 10% del número de trabajadores de la empresa, en las que tengan entre cien y trescientos trabajadores.
- Treinta trabajadores en las empresas que tengan más de trescientos trabajadores.
- Cuando el cese de los contratos afecten a toda la plantilla de la empresa, siempre que el número de trabajadores afectados sea superior a cinco.
El despido colectivo se regula en el artículo 51 del Estatuto de los Trabajadores.
¿Es necesario preaviso en el despido?
El preaviso en el despido no siempre es obligatorio y varía según el tipo de despido. Analizaremos la necesidad de preaviso en el despido disciplinario, objetivo e improcedente.
Preaviso en el despido disciplinario
Dado que este despido se debe a la mala actuación del trabajador, no es necesario proporcionar un preaviso. Exploraremos las circunstancias en las que este tipo de despido ocurre y las implicaciones asociadas.
Preaviso en el despido objetivo
En el despido objetivo, es esencial preavisar al trabajador con 15 días de antelación y justificar los motivos detrás del despido. Analizaremos en detalle los escenarios en los que se aplica este preaviso.
Preaviso en el despido improcedente
Los despidos en España pueden ser procedentes, improcedentes o nulos. Examinar la necesidad de preaviso en el despido improcedente será crucial para comprender cómo abordar esta situación.
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Despido sin preaviso
En ciertos casos, la empresa no está obligada a proporcionar un preaviso al trabajador. Detallaremos estas circunstancias y las implicaciones si se decide realizar un despido sin preaviso.
Importancia de la carta de despido
La carta de despido desempeña un papel fundamental en el proceso de despido ya que el contenido de la carta será el que el juez evaluará para calificar el despido como procedente o improcedente.
Analizaremos su importancia y cómo su contenido puede afectar la impugnación del despido y las decisiones judiciales.
Conclusión
Tener un conocimiento claro sobre el preaviso en el despido es esencial para actuar correctamente en diversas situaciones laborales. Respetar los plazos y elaborar una carta de despido completa son pasos cruciales para evitar que el despido sea calificado como improcedente.